Me Duele

Me duele no tenerte cerca,
Duele pensar en tu rechazo,
En aquella brecha que nos separa.

Me duele,
Me duele porque mi alma ruega amar a la tuya,
Porque cada vez que te veo,
Distingo aquel abismo que nos separa.
Me duele, porque eres tan lejano,
Tan intocable.
Tan inalcanzable.

Y me duele saber que, estamos cerca y a la vez, tan lejos.
Porque me duele tanto pensar en ti.
Sentirte.
Añorarte.
Amarte.
Me duele, sentir en cada parte de mi cuerpo, tú lejanía.
Y me duele aún más el saber que tu corazón no me pertenece.
Que tu amor no será mío.
Que tu sonrisa, va dirigida a otra.
Que tus ojos, jamás podrán mirarme.
Me duele, que tú ignores mis sentimientos.

Me duele,
Me duele, porque no estamos destinados.
Y aún así, el destino se empeña en juntarnos.
Me dueles, porque amarte se transformó en aquel infierno,
Lleno de torturas,
De sufrimientos.
De una vida eterna sin ti.

Y es que duele, porque te amo.
Te amo y tú no a mí.
Duele el amor no correspondido.
El amor ciego.
El amor, que todo da y a la vez,
todo quita.
Me duele amarte
Y no ser fuerte.

Me duele, porque más que un sufrimiento,
Es el dolor de la esperanza.
Aquella esperanza, que sigue latente.
Sólida y firme.
Aquella esperanza, que sigue aquí,
A pesar de no querer sentirla.

Y me duele,
Simplemente, me duele saber que tú estás allá y yo estoy aquí.
Que tú siempre serás tan tú
Y yo, siempre seré, tan yo.
Tan frágil y tan fuerte.
Tan callada y tan ruidosa...
Porque hemos decidido ser polos opuestos que no se atraen.
Porque amarte, siempre será mi dolor.
Yo te sufro, ahora y siempre.
Te sufro y te amo.

Te busqué

Te busqué dentro de mis sueños,
Oníricos y surreales,
Te busqué afuera,
En la realidad que vivo día a día,
Te busqué,
Supongo que lo hice
Te busqué tanto,
Que mi alma misma se agotó.
Te busqué y te seguiré buscando
Dentro de mil vidas,
Y por todas partes.

Te busqué,
Porque mi corazón te anhela,
Mi alma te sueña
Y mi mente, te imagina
Te busqué,
Porque es la esperanza que aún queda en mi corazón.

Y cuando dejé de buscarte,
Apareciste,
Como una tormenta en pleno desierto
Apareciste ante mis ojos,
Como el sol en un amanecer hermoso
Apareciste,
Cuando menos te esperaba,
Cuando me había rendido ante ti,
Apareciste,
Para demostrarme que nada es imposible.

Y dejé de buscarte,
Dejé de sentirte,
Porque ya no me pertenecías,
Y ciertamente, nunca lo hiciste.
Porque mi agonía,
Sería amarte en la lejanía.
Y aunque, éramos el uno para el otro,
Nuestro destino,
Siempre fue estar separados.
Sin el otro,
Amándonos a lo lejos.
Amándonos en los sueños,
Amándonos sin ser nada.

Ése es nuestro destino,
Buscarnos y encontrarnos,
Para darnos cuenta,
De que no seremos nada.
Y que aún así, nos amaremos
Y nos buscaremos
Y por unos segundos, seremos todo.